Olas, cine y libros conviven en Lobitos
22/12/2014 09:07Fotografía: Libros a Lobitos
VOZ LIBRE
por Alfredo Ruiz Chincha
La playa de Lobitos es uno de los espacios que más guardo en mi memoria. Los calurosos domingos de verano tenían como paradero, casi siempre, las gélidas aguas de esta hermosa playa. No había ocasión en la que no regresara a casa lleno de raspaduras en la piel producidas por los revolcones que me daban sus enormes olas, por las que es famoso este balneario. Las clásicas travesuras infantiles eran bucear bajo el mar con los ojos abiertos, recolectar la mayor cantidad de muimuyes en una botella de plástico, arrojar bolas de lodo al mar (o a alguien en específico) y, las más angustiante, que mi hermano jugará a “ahogarme” en el agua.
De las muchas veces que he vuelto a Talara, pocas han sido las que he visitado Lobitos. Empero, en los últimos viajes que realicé al norte incluí a Lobitos, más como una necesidad que como un destino.
El rostro de este pequeño pueblo de pescadores hoy es otro, ahora se ha convertido en una pequeña ciudad con (algunas) calles pavimentadas, zonas de esparcimiento y casas en mejores condiciones. Los servicios de agua, desagüe y luz viven las mismas deficiencias que en otras ciudades del norte peruano. El olvido e indiferencia han llevado casi a la ruina a algunos inmuebles que datan de las primeras décadas del siglo XX, construidos por la Lobitos Oilfields Limited, y que luego pasaron a ser propiedad del ejército peruano. Algunas casas han sido recuperadas, muchas sirven como alojamiento para los surfistas que vienen de lugares impensables a disfrutar de las olas lobiteñas.
Sin embargo, lo más resaltante que he encontrado en estas travesías ha sido la aparición de diversos proyectos culturales que se han fusionado muy bien con el entorno lobiteño. Entre estos tenemos a la ONG Waves for development, la que más tiempo viene desarrollándose aquí, la cual imparte clases de surf a los niños y adolescentes, así como técnicas de cuidado y mantenimiento de todos los implementos para practicar este deporte; Lobitos Cinema Project, que promueve la realización de artes audiovisuales participativas entre los pobladores, y Libros a Lobitos, que busca incentivar la educación y el amor por la lectura a través de la biblioteca comunal que vienen construyendo sus impulsores, con casi pocos recursos.
Si iniciativas como estas, que no están esperando nada de las instituciones gubernamentales para hacerse realidad, empiezan a proliferar en muchos lugares más podremos vivir un mejor ambiente cultural en todo el país en un tiempo no tan lejano.
Chorrillos, diciembre de 2014